Templo 51, Matsuyama
Llegué a Matsuyama, capital de la provincia de Ehime y mayor ciudad de la isla de Shikoku.
Ya son casi 800 km caminados.
Poco a poco, siento que el círculo se va completando.
Los últimos días fueron de sol y cielo azul, dejando las playas de Shikoku y entrando en el interior de la isla, subiendo montañas muy altas donde inclusive nieva mucho en invierno.
Encontré más peregrinos y hice amistad con varios con los cuales fui encontrando durante las caminadas o en los albergues.
Llegué a Matsuyama mucho más calmo interiormente y entonces no me importé si alguién me llamaba de "gaijin". Si alguién lo hizo, no tomé conocimiento. Y su hubiese visto, no iba a reaccionar. Talvez me reiria o ignoraria.
Y por estar calmo interiormente, en Matsuyama he encontrado gente que ha sido tan amable conmigo como en los pueblitos del interior de Shikoku.
También tengo una estrategia para no incomodarme con el tránsito y ruido de la ciudad, un gran contraste después de caminar tantos días en las montañas. Me pongo una música bien alta y anteojos de sol. Y me transformo en un gaijin un poco inaccesible y ajeno a los posibles comentarios que alguien pueda realizar.
Hay algo muy especial con este camino.
Debe ser una suma de factores. El hecho de no hablar ni leer, la cultura diferente, la dificultad de encontrar con quien conversar o de encontrar acceso a internet. Las largas distancias. El gran esfuerzo físico de subir y bajar montañas casi diariamente. El gran contacto con la naturaleza.
En mi caso particular también siento que ha sido muy valiosa la decisión que tomé de no beber bebidas alcohólicas durante el camino, algo que no me está costando ningún esfuerzo y ayuda mucho a mantener la mente más atenta y conectarse más con la voz interior.
Y las visitas a los templos, donde me concentro y escribo mis pedidos y mis preguntas y los entrego a ese lugar sagrado.
Puede ser Kobo Daishi o puede tener otro nombre. Eso no importa. No importa la religión. No importan los santos.
Yo entrego mis pedidos a un lugar sagrado universal, donde todo lo desconocido se junta. Sin importar la religión o crencia.
Un lugar donde pueden estar Kobo Daishi, Cristo, Buda o quien sea.
Un lugar donde están también mis antepasados.
Y siento que me hace bien ese contacto con ese lugar sagrado, libre de religiones.
Y siento también que mis preguntas y pedidos cambian a los pocos.
Y a veces, cuando parece que encontré una respuesta para un pedido, de repente algo me dice que no, y vuelvo nuevamente al inicio, a mis pedidos del templo 1.
Pero siento que vuelvo con otra calidad.
Más profunda.
Y cuando hacemos los verdaderos pedidos, humildemente y desde nuestros corazones, es posible que alguna puerta se abra y nos muestre algo.
Y claro que después será necesario el corage para entregarse.
Con confianza.
Sin ninguna seguridad.
Meu querido irmão Ricardo, desculpe minha falha quanto a postagem, mas, estou com vc em minhas orações e quando estou em conversa com os amigos, sempre encontro um espaço para falar que tenho um Irmão fazendo uma caminhada espiritual...
ResponderExcluirQue as energias do Plano Maior te mantenha em armonia com o Todo Universal.
Marcos Freitas
Germinar - CE