El día 8 de mayo a la mañana comencé a caminar a las 7:00 bajo una lluvia fuerte y cuando no había caminado todabia 500 m, encuentro un señor en la calle que por su aspecto parecía ser un mendigo y parecia estar un poco alcoholizado.
Me miró y me dijo: "gaijin, américa!" y apuntó el dedo medio para mi y me dijo "foko yu!".
Buena forma de comenzar el día, pensé yo... Hoy promete muchas emociones...
Yo no me incomodé en absoluto. La situación estaba muy divertida.
Y le respondi usando el mismo lenguaje sutil y poética.
Lo miré bien y le dije: "gaijin si, pero de South America", le mostré el dedo medio y le dije: se dice fuck you!, no "foko yu".
Y todo eso fue muy tranquilamente. Sin gritos, con mucho respeto podria decirse...
Un diálogo de locos...
Y no se como, se me ocurrió mostrarle que mi dedo medio era mayor que el dedo de el.
Y no se que pasó, pero cuando le respondi asi, mi amigo mendigo comenzó a reirse sin parar.
Y yo al verlo reirse, comencé a cagarme de risa también.
Y ahi le dije de nuevo: se dice "fuck you!", no "foko yu".
Y yo decía "fuck you" y el decia "foko yu".
Y nos despedimos asi, cagandonos de risa y cada uno diciendole al otro : "foko yu, fuck you!"
Y la lluvia que no paraba...
Asi comenzó mi nirvana...
Lo interesante en todo eso fue que yo no me sentí incomodado.
Fue todo muy divertido.
Y senti conscientemente algo que no me recuerdo de haber sentido antes: que es posible reirse de un insulto, y que el insulto va dirigido a mi orgullo, a mi máscara, a mi escudo protector, o como quiera llamarlo.
Pero si yo transciendo esas protecciones, mi esencia no es insultada.
Y me puedo cagar de risa...
(debido a la lluvia habia guardado la máquina fotográfica y no saqué fotos de ese señor)
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